domingo, 28 de septiembre de 2008

GESTION IGUAL A DISCIPLINA


La clave de una buena disciplina esta, en la prevención de conductas inadecuadas, en abordarlas inmediatamente, con discreción antes que se intensifiquen.
La lectura señala que el éxito de la enseñanza y la gestión del aula son inseparables, la gestión es una parte de la instrucción, Jones y Jones (1986). O un prerrequisito de la instrucción, Doyle (1985).
Las habilidades y las técnicas de gestión son algo especialmente crítico para los profesores principiantes, ya que si se es incapaz de mantener el orden difícilmente se puede conseguir buenos resultados.
Según varios autores la gestión es:
Un conjunto de comportamientos y actividades del profesor encaminados a que los alumnos adopten una conducta adecuada y a que las distracciones se reduzcan al minino, Emmer (1987).
Las disposiciones y los procedimientos necesarios para establecer y mantener un entorno en el que puedan darse la instrucción y el aprendizaje, Duke (1979).
Ambos autores suponen que la gestión es en gran medida PREVENTIVA, el profesor actúa para prevenir faltas de asistencia, de trabajo o distracciones, o bien tener buena disciplina, esto, supone también fijar limites a los alumnos y reducir las oportunidades de conductas inadecuadas.
La lectura nos da algunas recomendaciones para la gestión del aula como por ejemplo: Establecer expectativas positivas, seguir el principio dominio/control, establecer normas claras y razonables, hacer que los alumnos sepan que son responsables de su conducta y sus deberes, etc. así como recomendaciones de cómo tener el aula de una forma adecuada para poder observar a todos los alumnos.
Domino-control es una forma de llamar a que el profesor sepa lo que sucede dentro del aula, esto es par que el alumno sepa que su profesor tiene conocimiento de lo que hacen y dejan de hacer, aquí el profesor debe conocer el punto donde inicia el desorden para no dañar a personas que no lo inician.
Según Kounin, los profesores deben mostrar con su concreta forma de actuar que tienen “ojos en la espalda”.
Brooks (1985) y Evertson y Emmer (1982) recomendaban a los profesores que hicieran entender a sus alumnos, mediante miradas generales a toda la clase o con miradas dirigidas directamente a quienes se comportaban mal.
Uno de los principios de Kounin es sobre el encabalgamiento, que es la capacidad de atender dos asuntos del aula a la vez, atender las distracciones sin entorpecer las actividades de aprendizaje.
No es necesario responder a todos los actos irregulares que se produzcan. Según Emmer, las reacciones exageradas son tan perjudiciales como las insuficientes, solo se deben corregir aquellos actos que interfieran con el trabajo de los demás alumnos. Recomendaba que el comportamiento irregular se abordara con discreción, sin detener la clase.
La buena gestión del aula pretende conseguir una mayor participación y reducir el nivel de desorden, esto se basa sobre todo en la prevención.

Davis , Gary A. y Margaret A. Thomas (1992), “La gestión del aula”, en Escuelas eficaces y profesores eficientes, Roc Filella Escolà (trad .), Madrid, La Muralla (Aula abierta), pp. 113-126 y 142-145.

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